EFE
La lipodistrofia o trastorno en el metabolismo de las grasas afecta a unas 14.000 personas infectadas con el VIH en España y se convierte en estigma si se sufre en la zona más visible del cuerpo, la cara, ha dicho a Efe el secretario de la Coordinadora Estatal de VIH-Sida (CESIDA), Joaquín Roqueta.
La lipoatrofia, que es como se denomina a esta patología cuando afecta a la cara, provoca en la persona baja autoestima, problemas a la hora de encontrar pareja e incluso discriminación en el trabajo, ha destacado Roqueta, quien ha pedido que pueda ser tratada con cirugía reparadora en toda España.
Desde CESIDA se espera que el Ministerio de Sanidad y Política Social concluya en febrero los protocolos necesarios para el uso tutelado de la cirugía reparadora para los afectados de lipoatrofia.
Dichos protocolos posibilitarán que las Consejerías de Salud y Servicios Sanitarios de las autonomías que no cuenten con centros de referencia para este tipo de operaciones puedan derivar a los pacientes a otras comunidades.
País Vasco, Comunidad Valenciana, Cataluña y Andalucía han sido las autonomías pioneras en financiar la cirugía reparadora.
El objetivo es que este tipo de intervenciones, que "no tienen nada que ver con la cirugía estética", ha aclarado Roqueta, estén incluidas entre las prestaciones de los servicios públicos de salud y a nadie se le deniegue por el hecho de vivir en una zona u otra.
La lipodistrofia, que está relacionada con la forma en que nuestro organismo procesa las grasas y los azúcares, puede tener factores genéticos, pero es causada principalmente por la propia infección del virus y por la toxicidad de los antirretrovirales, por lo que una persona con VIH puede llegar a decidir interrumpir su tratamiento para no padecerla, ha asegurado Roqueta.
El secretario de CESIDA ha resaltado la importancia de que las personas con VIH que sufren lipodistrofia, desde su nivel menos avanzado, hablen con el médico "con confianza" para que éste, si es posible, pueda tratarles con antirretrovirales menos tóxicos, que van saliendo últimamente, y evitar que se llegue a la fase denominada de "esqueletización" del rostro.
También se da el caso de personas con VIH que tienen "una salud muy buena pero ofrecen un aspecto enfermizo por sufrir lipoatrofia" u otras que prefieren no decir que están infectados por el VIH pero que esta patología "les delata", ha dicho.
Además de en la cara, la lipoatrofia o pérdida de grasa subcutánea se puede padecer en las piernas, brazos y nalgas.
En la guía "Lipodistrofia, hechos y derechos", publicada por CESIDA el pasado año y que recoge las principales recomendaciones de la Sociedad Clínica Europea del Sida, se explica que, frente a los análisis de sangre que no reflejan los cambios en los lípidos y la glucosa antes de que sean problema, sí hay técnicas de medición de la grasa corporal que detectan pérdidas o aumentos en fases tempranas.
En la publicación se señala que junto a la lipodistrofia, una persona con VIH puede padecer lo contrario, es decir, lipohipertrofia o acumulación de grasa anómala.
La grasa que crece en el interior del abdomen, que se desarrolla entre los órganos, puede llegar a acumularse, presionando a la persona de tal manera que ésta acabe teniendo una sensación importante de hinchazón que le impida sentarse con comodidad, comer adecuadamente o incluso respirar.
También se puede acumular grasa en los pechos tanto de hombres como de mujeres, en el cuello y en la parte alta de la espalda.
A la hora de someterse a una operación de cirugía reparadora hay que tener en cuenta, según esta guía, que los materiales de relleno pueden tener un origen autólogo (del propio paciente), heterólogo (de animales) o sintético (fabricado en laboratorio).
En general, los expertos consideran que, a día de hoy, todavía no se ha encontrado ese material, sintético o natural, que garantice una ausencia de complicaciones con resultados estéticos duraderos.
Otro importante consejo para prevenir la lipodistrofia es el mejorar los niveles de colesterol y triglicéridos reduciendo las grasas saturadas y el colesterol en la dieta, así como el alcohol y el tabaco.
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