Las infecciones en Columbia Británica se redujeron a la mitad desde la introducción del régimen en 1996, halla un estudio
DOMINGO, 18 de julio (HealthDay News/HolaDoctor) -- El tratamiento efectivo y generalizado de la enfermedad por VIH podría ayudar a reducir también la tasa de nuevas infecciones, informan los investigadores.
Desde la introducción de los potentes medicamentos contra el VIH conocidos como terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) en 1996, el número de nuevos casos de infección por VIH en la provincia canadiense de Columbia Británica se ha reducido en más de la mitad, informa el equipo.
El estudio, que aparece en la edición en línea del 18 de julio de la revista The Lancet, se presentó el domingo en la reunión de la Sociedad Internacional del SIDA (IAS) en Viena.
"Nuestros resultados muestran una fuerte y significativa relación entre una mayor cobertura de TARGA, una menor carga viral en la comunidad y un menor número de diagnósticos por VIH al año en la provincia canadiense", escribieron el profesor Julio Montaner, director del Centro para la Excelencia en VIH/SIDA de Columbia Británica, y sus colegas en un comunicado de prensa emitido por la revista.
La TARGA ralentiza la progresión de los síntomas del VIH/SIDA.
El equipo analizó los datos del Centro para el Control de Enfermedades de Columbia Británica y encontró que entre 1996 y 2009 el número de personas que recibieron TARGA aumentó de 837 a 5,413 (un aumento de 547 por ciento) y el número de nuevos diagnósticos por VIH disminuyó al pasar de 702 a 338 al año (una disminución de 52 por ciento).
Por cada 100 pacientes adicionales que tomaban TARGA, el número de nuevos casos de VIH se reducía en 3 por ciento. También hubo una reducción significativa en las concentraciones medias de carga viral del VIH, una tendencia que se relaciona con la disminución de nuevos casos de VIH, dijeron los investigadores.
Los diagnósticos nuevos de VIH se redujeron en 30 por ciento entre 1996 y 2000, en 2 por ciento entre 2001 y 2003, y en 17 por ciento entre 2004 y 2009. La evolución de las directrices de tratamiento condujo a un aumento sustancial en el uso de TARGA entre 1996-2000 y 2004-2009, según el estudio.
Las mayores reducciones (cerca de 50 por ciento) en los nuevos casos por VIH entre 1996 y 2009 se produjeron entre los usuarios de medicamentos inyectados.
Los investigadores también encontraron que los índices de enfermedades de transmisión sexual y de infecciones de hepatitis C aumentaron en los últimos años del estudio, lo que sugiere que el descenso en los nuevos casos de VIH no se puede atribuir a una disminución en conductas sexuales de riesgo asociadas con la transmisión del VIH.
"Nuestros resultados apoyan el beneficio secundario propuesto de la terapia TARGA cuando se usa dentro de las directrices médicas actuales para reducir la transmisión del VIH y proporcionan una sólida justificación para un nuevo examen de la prevención del VIH y la dicotomía del tratamiento, como se ha defendido con firmeza por el Programa Conjunto de la ONU sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) como parte de una estrategia combinada de prevención global", concluyeron los investigadores.
Este estudio, así como el trabajo previo de Montaner y sus colegas, han contribuido a modelar la nueva estrategia de ONUSIDA que aboga porque 15 millones de pacientes de VIH en todo el mundo sean tratados con medicamentos antirretrovirales, en lugar de los actuales cinco millones de pacientes. El plan costaría $26 mil millones al año.
Los expertos en VIH/SIDA deberían tomar nota del estudio de los investigadores canadienses, escribieron dos médicos italianos en un editorial acompañante.
"A la espera de una vacuna eficaz, experiencias como las que hoy se informa deben ser tomadas en cuenta por los profesionales de salud, las agencias nacionales e internacionales, los legisladores y todas las partes implicadas en el desarrollo de directrices de tratamiento, porque la dimensión poblacional de la terapia TARGA podría desempeñar una parte importante en el control futuro de la epidemia del VIH ", escribieron el Dr. Franco Maggiolo y el Dr. Sebastiano Leona, de la División de Enfermedades Infecciosas de Ospedali Riuniti en Bérgamo.
healthfinder.gov
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