9/4/16

El semen, el mejor amigo del VIH [9-4-16]


El semen, el mejor amigo del VIH

Nadie duda de que el preservativo es el mejor método para prevenir la infección por VIH, pero las cifras se empeñan en demostrar lo que parece escapar a la lógica: que, a pesar de su eficacia, dista mucho de utilizarse todo lo que debiera. Así, la ciencia investiga en alternativas al condón, sobre todo para aquellas mujeres que, en zonas de alta incidencia de la infección, no pueden decidir si utilizan o no el método por oposición de sus parejas.

Una de las alternativas mejor posicionadas son los microbicidas, compuestos químicos -basados en antirretrovirales que se utilizan en el tratamiento de la infección- que se pueden aplicar por vía tópica en el tracto genital femenino.

Aunque el microbicida CAPRISA demostró en 2010 cierta eficacia para prevenir frente al VIH, su éxito es acaso comparable al de la vacuna del sida. Se estableció una prueba de concepto, pero no se han logrado resultados que permitan predecir que esta herramienta estará a corto plazo en los países más necesitados.

Un estudio publicado en el último número de Science Translational Medicine explica por qué no terminan de triunfar los microbicidas. Sencillamente, es el propio semen el que se convierte en el principal enemigo de los microbicidas, reduciendo la eficacia antiviral de los microbicidas.

Es lo que explica, además, lo que muchos investigadores han observado en distintos estudios: la discrepancia entre los datos observados en el laboratorio y su traducción en ensayos clínicos, siempre con peores resultados. "Habíamos demostrado previamente que el semen acentúa la infección por VIH, pero es la primera vez que demostramos que reduce eficacia antiviral de estos compuestos", explica la investigadora Nadia Roan, coautora principal del trabajo.

El mecanismo por el que el semen sirve de amplificador al virus del sida son unos agregados de proteínas llamadas fibrillas amiloideas. El VIH se adhiere a estas fibrillas, que hacen que los virus se mantengan unidos y se incremente su capacidad de adherirse e infectar a células en el huésped, es decir, la pareja sexual.

De este hallazgo se extraen dos conclusiones. La primera es que no tiene mucho sentido probar estos compuestos in vitro y sin la presencia de semen. La segunda, esperanzadora, es que los futuros compuestos que se ensayen para su uso en microbicidas deberían dirigirse a estas fibrillas amiloides.

En este sentido, el trabajo publicado en la revista estadounidense añade otro dato interesante y optimista. Existe un fármaco, maraviroc, que parece insensible a la presencia del semen; es decir, cuya eficacia ha resultados ser similar in vitro que estudiado con este fluido.

Diversos ensayos clínicos están en marcha para probar la eficacia de microbicidas con maraviroc e incluso se está estudiando un anillo vaginal basado en este compuesto, otras de las alternativas al preservativo que pretenden reducir la transmisión del VIH.
 

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